domingo, 21 de mayo de 2017

UN HOMENAJE A ANTONIO JOSE CABRERA FONTALVO

El hombre extrovertido, polémico y crítico en la gaita

Este hombre extrovertido, polémico y critico no oculta las lágrimas y la nostalgia al recordar esos bellos momentos de los años ochenta cuando de la mano de un grupo de amigos y familiares emprendieron la empresa más importante de sus vidas, la fundación del Festival Nacional de gaitas “Francisco Llirene”, una  empresa no muy fácil de empezar pues le toco convencer a muchos incrédulos y soportar las burlas de un sin número de desconfiados que los trataban de simples locos.
 Lo pensó grande por eso lo llamaron nacional pero, confiesa que nunca pensó que iba hacer tan grande como está y recalca como legado filosófico de guarda de la tradición que no se debe permitir las casetas y otras músicas en el evento y el pueblo durante el festival.
Antonio “Toñito Cabrera nació un 6 de julio de 1946 en el hogar que María Asunción Fontalvo había formado con el gaitero Antonio Cabrera Rivero1,  hombre que marco de manera transcendental la forma de apreciar a esos viejos campesinos que exorcizaban sus almas tocando gaitas en las parrandas y velaciones, en la cuales él desde muy niño vendía velas y pan.
Toño aprendió a leer y a escribir en la juventud por la insistencia de una joven muchacha que le enseño para que le escribiera cartas de amor, su carácter de hombre andariego, decidido, atrevido y buen conversador  lo llevó a soltar los miedos y no sólo aprendió a leer y escribir sino llegó a ser promotor de asuntos campesinos del Ministerio de Agricultura, contratista para la instalación de infraestructura para la televisión en la Pita, delegado del gobierno municipal y nacional en los diálogos de Paz con la Corriente de Renovación Socialista, en Flor del Monte, Concejal del municipio en 7 periodos,  softbolista y  boxeador.  
Quizás su mejor golpe lo dio cuando en su memoria se quedaron impresas las palabras de Manuel y Aníbal sus hermanos, quienes hablaban en el reposo de un chinchorro sobre hacer un Festival de gaitas, la idea no le fue muy lejana y descabellada pues el conocía un sin número de gaiteros que lentamente su mente rememora, nombre por nombre y lugar por lugar como desafiando o esquivando el tiempo que se ha posado sobre su cabellera  y ha marcado su rostro.
Con su característica sonrisa pícara se sacude  y exclama, “yo no me vuelvo viejo”.
Al papá de Javier, de Tania, María Asunción, de Aida piedad y Antonio José. Al patriarca del Festival, al amigo, le rendimos un sincero y merecido homenaje en estos treinta años de Festigaitas.
Bendición y salud Toñito!


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