El hombre extrovertido, polémico y crítico en la gaita
Este
hombre extrovertido, polémico y critico no oculta las lágrimas y la nostalgia
al recordar esos bellos momentos de los años ochenta cuando de la mano de un
grupo de amigos y familiares emprendieron la empresa más importante de sus
vidas, la fundación del Festival Nacional de gaitas “Francisco Llirene”,
una empresa no muy fácil de empezar pues
le toco convencer a muchos incrédulos y soportar las burlas de un sin número de
desconfiados que los trataban de simples locos.
Lo pensó grande por eso lo llamaron nacional
pero, confiesa que nunca pensó que iba hacer tan grande como está y recalca
como legado filosófico de guarda de la tradición que no se debe permitir las
casetas y otras músicas en el evento y el pueblo durante el festival.
Antonio
“Toñito Cabrera nació un 6 de julio de 1946 en el hogar que María Asunción
Fontalvo había formado con el gaitero Antonio Cabrera Rivero1, hombre que marco de manera transcendental la
forma de apreciar a esos viejos campesinos que exorcizaban sus almas tocando
gaitas en las parrandas y velaciones, en la cuales él desde muy niño vendía
velas y pan.
Toño
aprendió a leer y a escribir en la juventud por la insistencia de una joven
muchacha que le enseño para que le escribiera cartas de amor, su carácter de
hombre andariego, decidido, atrevido y buen conversador lo llevó a soltar los miedos y no sólo
aprendió a leer y escribir sino llegó a ser promotor de asuntos campesinos del
Ministerio de Agricultura, contratista para la instalación de infraestructura
para la televisión en la Pita, delegado del gobierno municipal y nacional en
los diálogos de Paz con la Corriente de Renovación Socialista, en Flor del
Monte, Concejal del municipio en 7 periodos, softbolista y boxeador.
Quizás
su mejor golpe lo dio cuando en su memoria se quedaron impresas las palabras de
Manuel y Aníbal sus hermanos, quienes hablaban en el reposo de un chinchorro
sobre hacer un Festival de gaitas, la idea no le fue muy lejana y descabellada
pues el conocía un sin número de gaiteros que lentamente su mente rememora,
nombre por nombre y lugar por lugar como desafiando o esquivando el tiempo que
se ha posado sobre su cabellera y ha
marcado su rostro.
Con
su característica sonrisa pícara se sacude
y exclama, “yo no me vuelvo viejo”.
Al
papá de Javier, de Tania, María Asunción, de Aida piedad y Antonio José. Al
patriarca del Festival, al amigo, le rendimos un sincero y merecido homenaje en
estos treinta años de Festigaitas.
Bendición
y salud Toñito!
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