Por: Magíster ARMANDO
LUIS RIVERO MANJARREZ
En la fría Bogotá, ella disipa sus penas, tristezas y
melancolías volviendo a la tierra, a sus orígenes a través de la música que la
hace poner su pollera y su turbante para contarle y bailarle a la pluricultural
capital y a su gente, que en Sucre hay un pueblito de gente hermosa llamado
Ovejas, que cada octubre la fertilidad de los cielos hacen caer por estos lares
de los Montes de María una lluvia de músicos provenientes de cada rincón del
país que le rinden homenaje con sus instrumentos a su majestad la GAITA, una música que la Negra Marqueza dice está
entre lo divino y lo humano, no sólo por su nivel de espiritualidad que ella
encierra, sino por su propia experiencia que la llevó al encuentro con ésta.
Marqueza Eva Mercado Zuñiga aunque nacida en el municipio de
Los Córdoba, Córdoba, por allá un 30 de
noviembre de 1959, se siente tan ovejera como San Pacho y como el
festival de la gaita “Francisco Llirene”.
En 1984 llega a Ovejas tras el amor. Su vida de mujer, madre
humilde y trabajadora transcurre entre lavar y planchar ropa ajena, fritar arepas y empanadas para salir a vender
en las calles del pueblo.
En 1995 en su casa de palma y bareque ubicada en el barrio
San José exactamente en el sector “Los Cortes”, vive la gran experiencia que la
virgen María se le apareció a su hija mayor, a eso de las 11 y 30 de la mañana.
Su devoción fue aumentando cada día y al igual que la romería de curiosos y
devotos. Desde ese momento todo el pueblo conoció a esa mujer de piel morena.
En 1996 los versos comienzan a fluir en
ella. Maira Hernández su compañera de rezo le aconseja que escriba, que era una
revelación divina, luego Andrés Narváez otro compositor campesino del pueblo le
motiva presentar sus creaciones en el Festival, de allí de la mano de amigos y
gestores culturales como Alfredo Ricardo, Joche Álvarez y otros, le ayudan a
emprender el camino con su nuevo amor,
la composición de la gaita.
En 1997 compone la canción “Que no muera el folclor”; en 1998,
la cruda realidad de violencia y desplazamiento que vivieron los campesinos de
la región, la llevan a presentar la canción que la catapultó como una de las
grandes compositoras de Ovejas, me refiero al tema: “Sentimiento Campesino”, en
ritmo de merengue, ocupa el segundo
lugar en el concurso de la Canción Inédita. En el 2000 “Negro es mi color”; en
el 2001 en Cartagena presenta “Lirismo Mágico”, Obtiene el tercer lugar; en el
2003 el merengue “El Negrito Simón”, entre otras, que el tiempo y su tierno
amor por estas músicas y sus creadores le hacen brotar.
Cada octubre ella vuelve como las lluvias, arropa con su
alegría y su sonrisa de mujer angelical las calles de ovejas. Su pinta de
cumbiambera o gaitera la delata, no hay un momento en que la gaita este sonando
y sus caderas no se muevan, entre abrazos y besos los ovejeros y visitantes la
saludan. Ella es todo un personaje, es “La Negra Marqueza”, la que la virgen
María le dió el don de no tener temor, sino amor para crear versos y mover sus
polleras.
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