domingo, 20 de octubre de 2019

MARQUEZA “LA NEGRA”: Entre lo Divino y lo Humano



Por: Magíster ARMANDO LUIS RIVERO MANJARREZ


En la fría Bogotá, ella disipa sus penas, tristezas y melancolías volviendo a la tierra, a sus orígenes a través de la música que la hace poner su pollera y su turbante para contarle y bailarle a la pluricultural capital y a su gente, que en Sucre hay un pueblito de gente hermosa llamado Ovejas, que cada octubre la fertilidad de los cielos hacen caer por estos lares de los Montes de María una lluvia de músicos provenientes de cada rincón del país que le rinden homenaje con sus instrumentos a su majestad la GAITA,  una música que la Negra Marqueza dice está entre lo divino y lo humano, no sólo por su nivel de espiritualidad que ella encierra, sino por su propia experiencia que la llevó al encuentro con ésta.

Marqueza Eva Mercado Zuñiga aunque nacida en el municipio de Los Córdoba, Córdoba, por allá un 30 de  noviembre de 1959, se siente tan ovejera como San Pacho y como el festival de la gaita “Francisco Llirene”.

En 1984 llega a Ovejas tras el amor. Su vida de mujer, madre humilde y trabajadora transcurre entre lavar y planchar ropa ajena,  fritar arepas y empanadas para salir a vender en las calles del pueblo.

En 1995 en su casa de palma y bareque ubicada en el barrio San José exactamente en el sector “Los Cortes”, vive la gran experiencia que la virgen María se le apareció a su hija mayor, a eso de las 11 y 30 de la mañana. Su devoción fue aumentando cada día y al igual que la romería de curiosos y devotos. Desde ese momento todo el pueblo conoció a esa mujer de piel morena. En 1996 los versos  comienzan a fluir en ella. Maira Hernández su compañera de rezo le aconseja que escriba, que era una revelación divina, luego Andrés Narváez otro compositor campesino del pueblo le motiva presentar sus creaciones en el Festival, de allí de la mano de amigos y gestores culturales como Alfredo Ricardo, Joche Álvarez y otros, le ayudan a emprender el camino  con su nuevo amor, la composición de la gaita.

En 1997 compone la canción “Que no muera el folclor”; en 1998, la cruda realidad de violencia y desplazamiento que vivieron los campesinos de la región, la llevan a presentar la canción que la catapultó como una de las grandes compositoras de Ovejas, me refiero al tema: “Sentimiento Campesino”, en ritmo de  merengue, ocupa el segundo lugar en el concurso de la Canción Inédita. En el 2000 “Negro es mi color”; en el 2001 en Cartagena presenta “Lirismo Mágico”, Obtiene el tercer lugar; en el 2003 el merengue “El Negrito Simón”, entre otras, que el tiempo y su tierno amor por estas músicas y sus creadores le hacen brotar.

Cada octubre ella vuelve como las lluvias, arropa con su alegría y su sonrisa de mujer angelical las calles de ovejas. Su pinta de cumbiambera o gaitera la delata, no hay un momento en que la gaita este sonando y sus caderas no se muevan, entre abrazos y besos los ovejeros y visitantes la saludan. Ella es todo un personaje, es “La Negra Marqueza”, la que la virgen María le dió el don de no tener temor, sino amor para crear versos y mover sus polleras.



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