domingo, 20 de octubre de 2019

UN DUELO PARA LA HISTORIA, Jenn del Tambó, un tambor alegre en la historia del Festival.


Por: Magíster ARMANDO LUIS RIVERO MANJARREZ


Eran las 11 de la mañana del  viernes 14 de octubre del año 2011, bajando por la loma del palo de caucho, desde la sede Festigaitas hasta la plaza donde se estaba armando la tarima que serviría para la realización del Festival de Gaitas, me encontré un romería de gaiteros que iban llegando al pueblo, con la alegría de los hermanos que vuelven a casa, entre saludos de manos, sonrisas y abrazos, el corto trayecto se volvió minutos y después horas.  En medio de ese trayecto me encontré el saludo, el beso y el abrazo de una hermosa mujer de cabellos negros lisos, sonrisa alegre, de un espíritu que irradiaba nobleza y positivismo, que con voz segura sentenció: “este año vengo a llevarme el premio al mejor tamborero”. 

Era Jennifer Meza Mayorga,  la chica que tocaba el tambor alegre, y que en el año 2004 arribo a Ovejas con un grupo de mujeres de Bucaramanga llamado Lumbalú.  Esa misma chica que la recibió una partera un 7 de diciembre de 1986, a las 9 de la noche, en Barrancabermeja –Santander, haría historia ese año en el Festival.

Pero toda su historia se remonta a su natal ciudad, era el año 1998, en la que la situación económica de su Padre no fue la mejor  y la familia tuvo que emigrar a residir en uno de esos barrios populares azotados por la violencia y enfrentamientos entre los paramilitares, la guerrilla y los policías. Fue allí a los diez años, en esos espacios donde trabaja la Organización Femenina Popular (OFP) por los derechos humanos delas mujeres, donde esa pequeña niña oyó el llamado del tambor, pues la organización brindaba talleres de música, danza,  tambores y otros.

Esa noche del 17 de octubre, final del festival, cuando fue escogida entre los tres nominados para el duelo de tamboreros, estaba preparada, pues no sólo ese era su primera batalla, pues ya lo había tenido desde el principio cuando quiso aprender a ejecutar el tambor, voces como: “mejor metete a la danza”, “eso de tocar tambor no es para las niñas” , “los tambores son solo de hombre” “las mujeres no tienen fuerza” “mejor toque el llamador” “te voy a matar en la tarima” entre otras recriminaciones había tenido que enfrentar desde entonces.  

En la tarima a la izquierda de sus dos contrincantes (José Torres Cogoyo del grupo Tradición de Montería y Andres Carvajal del grupo Chubalú Bayé), Jenn del Tambó acomodó su instrumento, bajo su sombrero habría de recordar los momentos de su niñez cuando con sus manos practicaba los golpes del tambor sobre un tronco por la carencia de éste, cuyas prácticas forjaron en sus manos la fuerza, los callos y las destrezas que había de descubrir cuando su padre le regaló su primer tambor. En esos instantes que son menos que segundos en la mente recordó los golpes que Diofanor Sierra, Oscar Galván, Kevin Acevedo le habían recomendado en los ritmos de  gaita,  el parlotear de sus manos sobre el tambor no sólo embelesó al jurado calificador, sino también a un público exigente, que extasiado por su interpretación reventó en aplausos y vio coronarse a la primera mujer como mejor Tambor alegre del Festival en casi 30 años.

En la música de gaitas la ejecución del tambor alegre históricamente había estado reservada para hombres, cuyas manos callosas y golpes certeros se convirtieron en hitos y referentes  para este movimiento musical, nombres como Batata, El diablo, Alcázar y Mosquera tienen un sitial honorifico en la historia del Festival.  Un gran peso para una mujer, en una sociedad machista que ve en la mujer el sexo débil y en un movimiento en el cual sólo había reinado el sexo masculino.

Desde entonces su vida se catapultó  y su ejemplo ha logrado cambiar los paradigmas y prejuicios, aunque no falten los rechazos y estigmas que incluso provienen de mujeres que no se acostumbran a ver una mujer tocando tambor. Tras una larga vida de más de 15 años haciendo investigaciones, recorridos,  festivaleando, conciertos, etc, se encuentra con su colega de arte Orito Cantora desde Barranquilla, las cuales han forjado toda una propuesta pionera llamada RED DE TAMBORERAS DE COLOMBIA,  donde ya son alrededor de 30 guerreras del tambor, que inspiradas en su ejemplo le dan duro al cuero, las semillas de las maracas y la fuerza de los cantos logrando una plataforma de comunicación y punto de equilibrio de genero con la siguiente frase: “PORQUE LA ÚNICA PIEL QUE DEBE SER GOLPEADA ES LA DEL CUERO DEL TAMBOR”

En su camino musical su tenacidad ha sido reconocida desde tiempos iniciales y sin ninguna discriminación Jenn del Tambó ha acompañado con su tambor a grupos como Gaita hembra, gaiteros de río, Lumbalú, Chabalú Bayé, nominada por segunda vez a mejor tambor año 2014, Gaimará con quien ganó el mejor tambor alegre, Nayib Feres (Millogaimas), Orito Cantora y la Chalupa, entre otros grandes artistas nacionales e internacionales, siempre fortalecida recordando las palabras sabias con que Mamá Tambó (Graciela Salgado) la santigüó ese mes de marzo de 2013, en San Basilio de Palenque, para que encamine la sabiduría y fuerza de las mujeres en los tambores:  “EL QUE NACE CON SU VIRTUD, NADIE SE LA PUEDE QUITAR” .



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